Escribir un guión de cine ¿por dónde empezar?

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Arte

Escribir un guión de cine ¿por dónde empezar?

Fecha de publicación: julio 5, 2021 · Autor: Alexis Rodríguez

El cine siempre ha sido una de las formas más especiales y maravillosas de cultura, de auténtico arte. Como la literatura, la pintura o la música, se basa en un lenguaje propio para contar historias, a veces felices, otras veces trágicas, divertidas, terroríficas… Las historias son el corazón del cine, y aunque en los últimos tiempos estamos viendo cómo las películas más comerciales tratan de sorprendernos con efectos imposibles, con grandes bandas sonoras y tirando de actores reconocidos hasta convertirlos en los ejes de las producciones, una buena película siempre llevará una buena historia detrás. Y esa historia es obra de los guionistas, que siempre suelen estar en la sombra, aquellos ideólogos que son capaces de sorprender con sus guiones, con sus historias repletas de giros, con sus diálogos chispeantes… pero que no suelen llevarse mucho mérito, a no ser que compaginen su labor con la de dirección, algo que muchos también hacen.

Ser guionista no es sencillo, ni en Hollywood ni en ningún otro lugar del mundo. Lograr que tu historia llegue a una productora y que se interese por rodar la película, con todo el esfuerzo de tiempo y dinero que eso supone, es casi como un milagro. Si además eres un guionista desconocido que todavía no tiene mucha experiencia, las puertas suelen permanecer cerradas para ti allá donde vayas. Es una situación compleja, porque al final los productores siempre suelen apostar por gente que ya ha demostrado su valía en el trabajo de escribir guiones, que cuentan con éxitos de taquilla en los que respaldarse… Pero antes de llegar ahí, esos mismos guionistas que ahora triunfan han tenido que pasar por todo tipo de vicisitudes, incluyendo muchos fracasos, hasta lograr alcanzar el estatus que tienen. Este oficio, como cualquier otro, tiene mucho que ver con la práctica, con aprender de los mejores, con entender el funcionamiento del guión y de las producciones hasta el último detalle, para saber crear el guión perfecto. Aquí te ofrecemos algunos consejos sobre cómo desarrollarlo.

La idea

La idea o premisa es la base sobre la que vamos a desarrollar nuestra historia. Se trata de un punto de inicio para la misma, que suele responder a la pregunta ¿Qué pasaría sí…? Es el germen, la semilla desde la que brotará todo lo demás, porque además solemos tener antes esa idea que la de los personajes, o el desarrollo de la propia historia. La idea debe ser original, aunque también podemos conseguir que lo sea a través del desarrollo, en las siguientes fases. Debemos tener muy claro, eso sí, lo que queremos comunicar con nuestro guión. La historia debe calar en la gente, debe entenderse desde el primer momento, debe tener algún tipo de objetivo claro para que podamos centrarnos en eso y tomarlo como guía en el desarrollo. La idea siempre debe estar presente en todos los pasos de la escritura del guión, para mantenernos fieles a ella.

Desarrollo de personajes

Puedes tener una gran premisa y saber desarrollarla a través de una historia que enganche, pero los personajes son los que nos guiarán por todo ese viaje, y en ellos recaerá la responsabilidad de hacer empatizar al espectador. Películas mediocres se han convertido en buenas, e incluso en auténticos clásicos, gracias a buenos personajes, a ese tipo de caracteres que irradian magia en la pantalla, siempre que estén bien interpretados, por supuesto. Debemos conseguir que nuestros personajes sean reconocibles, pero también dotarlos de profundidad, para alejarnos de los clichés manidos. El desarrollo de personajes será una parte imprescindible de la escritura del guión, porque nos harán crecer, tomar caminos insospechados y encontrar soluciones a los problemas que nos vayan surgiendo, gracias a sus acciones.

Trama y diálogos

Al desarrollo de la premisa se le conoce como trama, y tiene que ver con la historia que sigue a cada uno de los personajes. En una película suele haber tramas principales y también secundarias, aunque esto dependerá mucho del estilo del filme. Lo habitual es que todas las tramas converjan en una final que las solucione, porque todas ellas deben tener un inicio, un nudo y un desenlace, que se corresponden con los clásicos tres actos que podemos encontrar en todas las producciones. ¿Y cómo vamos avanzando en la historia? A través de la acción y de los diálogos. Estos serán determinantes en películas con mucho poso psicológico, en dramas, pero también en comedias, donde los chistes y bromas deben funcionar a la perfección en el guión para que luego puedan hacerlo en la pantalla. En las películas donde prima la acción, los diálogos no son tan importantes, pero deben cuidarse para mantener el peso de la historia.

Giros argumentales

Hay pocas cosas peores en un guión que saber lo que va a pasar desde las primeras páginas. Una cosa es contar con una estructura clásica que nos permita conocer mucho mejor el terreno y adaptar nuestra historia al estilo elegido, no podemos copiar paso por paso lo que ya han hecho otros. Aunque se lleve mucho últimamente eso de utilizar la misma estructura para muchas películas, debemos ofrecer al espectador giros interesantes para que no se aburra, para mantenerle en tensión, incluso en películas que no tengan que ver con el suspense o la acción. Esos giros nos permitirán además separar cada parte de la película y llevar a los personajes por caminos inexplorados y complejos. Hemos de usarlos con  mucho cuidado, eso sí, para que la historia no se pierda en medio de tantos giros, como a veces también pasa.

Formato de guión cinematográfico

Tenemos nuestra historia, nuestros personajes, esos diálogos atinados que hemos repasado una y mil veces, y ahora ya somos capaces de terminar nuestro guión. Pero no podemos hacerlo de cualquier manera. A la hora de enviarlos a las productores, los guiones cinematográficos deben tener un formato concreto, que ha sido asumido de manera general desde hace décadas. Las acotaciones con el tipoi de escena que se va a grabar, en interior o en exterior. Las descripciones de personajes y de sus acciones. Todo ello con el tipo de letra adecuado, y con el formato a través de sangrías que nos permita reconocer de un simple vistazo todo lo que hay en una página. Siempre se dice eso de que una página de guión equivale a un minuto en pantalla, aunque dependerá del tipo de historia que estemos desarrollando, pero es una buena forma de medir lo que tenemos entre manos.

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