Restauración de pinturas ¿cuál es el proceso?

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Arte

Restauración de pinturas ¿cuál es el proceso?

Fecha de publicación: noviembre 29, 2019 · Autor: Alexis Rodríguez

El arte de la pintura es seguramente el más antiguo que existe, junto a la escultura. Por supuesto, en su origen más primigenio, este tipo de arte era tremendamente rudimentario, pero con el paso del tiempo el ser humano ha logrado perfeccionar su habilidad para trasladar objetos de la realidad al papel, al cuadro o al lienzo, de una forma absolutamente espectacular. El esplendor de la pintura a finales de la Edad Media y sobre todo durante el Renacimiento todavía nos maravilla, gracias a las obras de artistas que hoy son leyenda dentro del arte. Sin embargo, esas pinturas, a pesar de lo protegidas que están, van perdiendo su brillo y su espectacularidad por el paso natural del tiempo. Por fortuna, siempre se las puede restaurar.

Eso sí, la restauración de pinturas, ya sean más antiguas o más modernas, ya sean superconocidas o sencillamente cuadros anónimos que tengan ya cierto tiempo, debe hacerse de una manera profesional, porque de lo contrario corremos el riesgo de destrozar la pintura o cambiarla por completo, restándole su brillo original. Normalmente, este tipo de restauraciones se dejan en manos de profesionales, gente que lleva toda su vida realizando este tipo de arreglos, ya que en su mayoría solo consiste en quitar un poco de suciedad o en darle más brillo al propio cuadro, que con el tiempo lo ha ido perdiendo. Eso sí, cada restauración es un  mundo, y debemos ser conscientes de que cada arreglo necesitará su tiempo.

Qué consigue la restauración de un cuadro antiguo o dañado

Muchas veces tenemos cuadros grandes en casa, muy antiguos, que ya apenas tienen brillo o que han sucumbido al normal paso del tiempo. La suciedad suele pegarse a la pintura si no la cuidamos bien, e incluso el marco puede dañarse y provocar también daños en el propio lienzo. Por eso necesitaremos que unos profesionales se dediquen a dejar el cuadro en perfectas condiciones, o al menos arreglen lo máximo que puedan el estropicio o el daño causado. Hay veces en las que el cuadro se ha rasgado o tiene pequeños arañones, algo que se puede solventar igualmente a través de una delicada restauración. El objetivo es que el cuadro quede en perfecta condiciones y que vuelva a lucir espectacular en nuestra casa, o en el museo de turno donde haya estado todo el tiempo.

Desmontar el lienzo y limpiar la pintura

Antes de empezar con la restauración en sí, debemos desmontar el lienzo del cuadro, algo que no siempre resulta sencillo. En muchos casos, el problema reside precisamente en el propio marco de madera, que se ha ido estropeando y ha provocado la rasgadura del lienzo por esa parte. De ahí que debamos tener un extremo cuidado a la hora de llevar a cabo esta acción, si no queremos que el problema se haga todavía mayor. Una vez tengamos el lienzo ya desmontado, trabajaremos sobre la pintura con productos y herramientas especiales para limpiarla. En la mayoría de restauraciones, la suciedad incrustada en el cuadro es el principal problema a solucionar, ya que es común que muchos cuadros antiguos pierdan su brillo y hasta sus detalles por culpa de esto.

Reparación del lienzo dañado

Más allá de la suciedad, en ocasiones también hay que reparar el lienzo dañado por rasguños, pequeñas roturas, etc… Es un trabajo mucho más minucioso que requiere tiempo y paciencia, además de una gran habilidad para rehabilitar el lienzo y dejarlo en perfecto estado. Esto dependerá, claro está, del tipo de rasguño que tenga o la rotura que se haya provocado. De ahí que la reparación pueda ser relativamente sencilla o bastante completa. Un buen restaurador, eso sí, consigue arreglar cualquier desperfecto con tiempo. Habitualmente, las grandes roturas se solventan colocando otra piza de lienzo detrás, casi como un parche, que luego será pintada y adaptada para que encaje con el resto del cuadro y no se note absolutamente entre cuando esté terminado de reparar.

Retoque con óleo y acabados finales

En muchas ocasiones, los cuadros a rehabilitar también necesitan unos retoques del óleo y la pintura, especialmente para aquellas partes donde se había dañado. Los rasguños naturales por cualquier golpe o por el propio paso del tiempo se solventan de esta manera. Hay que tener mucho cuidado, eso sí, para que esos retoques mantengan el aura y el color especial de la pintura, sin cambiarla, porque de lo contrario estaríamos estropeando directamente el cuadro, no restaurándolo ni arreglándolo. Estos retoques sirven para que el lienzo vuelva a tener la homogeneidad que poseía al principio, y que había perdido por esos daños, fueran más pequeños o más grandes. Realizaremos los retoques finales antes de volver a enmarcar el lienzo para entregarlo ya totalmente restaurado.

¿Cómo conservar una pintura al óleo?

Como se suele decir, mejor prevenir que curar, y con las pinturas ocurre lo mismo. Una buena prevención nos servirá para que no tengamos que restaurar el cuadro en muchos, muchos años. Cuidarlo de manera especial, limpiándolo para evitar que se ensucie excesivamente cada cierto tiempo, arreglando cualquier desperfecto del marco y teniendo muchísimo cuidado para evitar golpearlo o arañarlo suelen ser las claves para que la pintura se mantenga con todo su brillo y espectacularidad. Podemos incluso llevar el óleo a los restauradores, cada cierto tiempo, para que realicen pequeñas tareas de conservación que nos permitirán disfrutar de él durante mucho más tiempo, sin que haya problemas de daño y suciedad.

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